Tras la ofrenda floral, y antes de que se conmemore esta tarde la Procesión, se conmemoró ayer la Solemnidad de la Santísima Virgendel Mar con varios actos durante todo el día de ayer.
Comenzaron, a las 10:00 horas, con la celebración de la Eucaristía, ofrecida por la Comunidad de Padres Dominicos, Capellanes y Custodios de la Patrona. Cantó el Coro de la Hermandad del Rocío de Almería.
Ya, a las 12:00 horas, se conmemoró la Solemne Eucaristía, presidida por el Rvdmo. Sr. Obispo de Almería, Adolfo González Montes, concelebrada por el cabildo catedralicio y la Comunidad de Padres Dominicos con asistencias de las corporaciones municipales y provinciales; autoridades militares, judiciales y académicas; Pontificia, Real e Ilusrtre Hermandad de la Patrona y sus filiales. Cantó la Coral del Virgen del Mar. No faltó el alcalde de la ciudad de Almería, Ramón Fernández-Pacheco.
Tras la Eucaristía, el Santuario permaneció abierto para visitar a la Virgen del Mar en su camarín hasta las 19:00 horas.
A las 20:30 horas, se celebró otra Eucaristía y, a las 21:00 horas, se celebró el Solemne Salve e Himno a la Virgen del Mar con la interpretación de la Coral Virgen del Mar.
Ya hoy, a partir de las 20:00 horas, procesión votiva de alabanza a la Stma. Virgen del Mar. El itinerario comienza en la plaza Virgen del Mar, y sigue por General Tamayo, Federico García Lorca, Javier Sanz, Rambla Obispo Orberá, Navarro Rodrigo, Paseo de Almería, Plaza Emilio Pérez (donde la imagen de la Virgen se dirigió al mar y tras una breve alocución del obispo se cantó el Himno), Gerona, Álvarez de Castro y plaza Virgen del Mar donde se cantó la Salve popular y el obispo impartió la bendición.
Ni el calor reinante ni el lógico cansancio de la Feria menguan la devoción
27/08/2017, 22:35
José Luis Laynez
Sobre las olas Nuestra Señora va caminando.
Sobre las aguas viene la Virgen con su Hijo en brazos.
Peces de plata la clara concha van escoltando,
y de la espuma encaje sube para su manto
Fue un ya lejano día de la primavera de 1951 cuando Manuel del Águila compuso esta bellísima letra que, musicalizada por el inmortal maestro Padilla, se adoptó como Himno de la Coronación de la Virgen del Mar, Patrona de Almería. Un Himno que, 66 años después sigue siendo perfectamente actual y teniendo vigencia de alabanza a la Virgen.
En todos los actos a Ella dedicados, la Coral lo entona con incomparables voces y devoción y toda Almería le hace los coros. También se reza cantando y este cántico es una petición de protección a la Patrona
Lo mismo vale para la llegada de la Imagen de la Virgen a la playa de Torregarcía la víspera de Navidad de 1502 que para su anual salida procesional para poner broche de oro a las fiestas que Almería celebra en su honor. Basta cambiar las olas por el trono, los peces de plata por sus horquilleros y la espuma del mar por los albos y olorosos nardos para que la letra sea perfectamente actual cada último domingo del mes de Agosto, cuando la Virgen del Mar pasea mirando amorosamente a todos los almerienses, los miles que la acompañan o la esperan en las aceras y también, por qué no, a aquellos que no pueden o quieren hacerlo.
Suben al cielo las gaviotas de finas alas,
palio bordado de estrella y nube del cielo bajan.
El viento absorto en fina brisa se va cambiando,
y el aire leve de dulce canto se va llenando.
La procesión Eran las 8 en punto de la calurosísima tarde dominical cuando la Imagen de la Virgen llegó a la playa de Torregarcía llevada por la espuma de las olas... perdón... cuando la Virgen del Mar salió a la plaza a la que da nombre llevada a hombros de los horquilleros. El orden de la procesión era el habitual.
Abría la Cruz Guía de la Hermandad flanqueada por faroles. Luego venían las Hermandaddes de pasión y gloria de la provincia y la capital por orden de antigüedad, cerrando la Agrupación. A continuación, Hermandades de Santuarios Diocesanos (Gádor, Monteagud, El Saliente y Tices) y las filiales (Sevilla, Madrid y Barcelona).
Novedosa era la guardería infantil con varas de nardos. Luego, la Banda Santa Cecilia de Sorbas y 30 camareras de la Virgen ataviadas con elegantes mantillas. A continuación, la Junta de Gobierno, presidida por Elías García, y los Dominicos.
Y por fin aparecía el paso de la Virgen del Mar, bellamente ornamentado de albos nardos que transmiten a los almerienses ese inconfundible ‘olor a Patrona’. El Cabildo catedralicio, presidido por el Obispo, Mons. Adolfo González, Ayuntamiento, Diputación Provincial, autoridades civiles y militares y Banda Municipal de Música cerraban el cortejo procesional.
Quizá el momento más emotivo se produjo cuando, en Plaza Circular, la Virgen miró al mar que la trajo a Almería, el Obispo predicó y los fieles entonaron el Himno de la Coronación. Y la Patrona continuó su plácido paseo por las calles de Almería.
Con un manto blanco y dorado, con su corona canónica, su medalla de la provincia, su bastón de mando -que recuerda los honores otorgados por el Ayuntamiento de Almería como alcaldesa perpetua de la capital- y rodeada su faz por un rostrillo dorado, la talla anónima aparecida en las playas de Torregarcía en diciembre de 1502 recogía el cariño de una ciudad que, pese al calor húmedo, no cejó en acudir a la llamada de honrar a la que desde 1806 y por orden del papa Pío VI es la patrona junto a San Indalecio.
A la llegada a la plaza de Emilio Pérez -la plaza circular- y tras la alocución del obispo de la Diócesis de Almería, Adolfo González Montes, el trono de Nuestra Señora se dirigió al mar que azaroso la trajo hasta la ciudad hace más de cinco siglos y los asistentes lanzaron al aire el cántico más esperado del año para los fieles a la patrona: el Himno a la Virgen marinera. Uno de los momentos de mayor singularidad y que aportan una mayor afectividad y recogimiento a la cita anual de los almerienses con la imagen a la que los Dominicos guardan en su basílica.
Decenas de mantillas y penitentes -muchos de ellos portando velas- acompañaron su discurrir por las calles Trajano, Federico García Lorca, Rueda López, Javier Sanz, Obispo Orberá, Navarro Rodrigo, Paseo de Almería, Gerona y Álvarez de Castro hasta observarla mientras cruzaba el arco de Santo Domingo para no volver a las calles almerienses hasta principios del próximo año, el segundo domingo de enero, cuando los fieles la acerquen en solemne y festiva romería hasta su ermita en Torregarcía para recordar su llegada a las orillas almerienses.
El olor a nardos, a incienso y a mar, los sonidos de los estruendosos cohetes y los sones musicales fueron el horizonte, el telón de fondo para el caminar de la patrona por las calles de la ciudad. Como cada año, como dicta la tradición y como sólo ocurre el último domingo de agosto. Como volverá a ocurrir el año que viene.