La Iglesia celebra este viernes, como cada 6 de noviembre, a los Mártires del siglo XX. En esta fecha van quedando agrupados todos los Mártires, aunque se celebre el aniversario de sus martirios en los días en que acontecieron en sus lugares de referencia.
En Almería, la conmemoración tendrá en este 2020 un significado especial, ya que en la misa que celebrará el obispo de la Diócesis, Adolfo González Montes, a las 11.30 horas de la mañana, será bendecido el nuevo retablo de la capilla dedicada a los Mártires.
Será precisamente, desde este día, cuando la cabeza del Beato Diego Ventaja Milán quedará expuesta a la pública veneración de los fieles. "Cuando concluya el laborioso hacer de los orfebres, también aquí se ubicará la arqueta que custodia varias reliquias de los Mártires de Almería", informan desde la Diócesis.
La nueva capilla catedralicia será dedicada a la memoria de los Mártires de Almería y acogerá la cabeza del Beato Diego Ventaja Milán, junto a la arqueta de las reliquias que se conservan de los 115 Mártires beatificados por el Papa Francisco. Situada entre las capillas de San Idelfonso y el actual Baptisterio, ya llevaba algunas décadas guardando la memoria martirial con la instalación de la primitiva lauda sepulcral del Obispo Mártir y el lienzo del artista almeriense D. Andrés García Ibáñez.
Ahora, para solemniza el culto a los Mártires, ha sido instalado un elegante retablo marmóreo coronado por una Santa Cruz de la que pende el sudario. La combinación de los mármoles de distintas modalidades y sus líneas neoclásicas enlazan con la fastuosa ornamentación que realizó el Obispo don Claudio Sanz y Torres en el templo catedralicio. El lienzo ’Camino del Calvario’ que preside el nuevo retablo, recordará la unión de estos Mártires al sacrificio único de Cristo.
Los avatares de los restos del Beato Diego Ventaja
El mayor tesoro que custodiará la nueva capilla catedralicia dedicada a los Mártires será la cabeza del Beato almeriense Diego Ventaja Milán, una reliquia providencialmente conservada tras numerosos azares.
Este Beato, nacido en una humilde familia alpujarreña en 1880, llegó a ser doctor en Filosofía y Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Piadoso presbítero, compaginó la enseñanza académica con la educación de niños desfavorecidos en las escuelas manjonianas.
El Papa Pío XI, en 1935, le hizo abandonar su canonjía en la Abadía del Sacromonte para ser Obispo de Almería. Su pontificado, tan breve como turbulento, no obstaculizó que ganara el corazón de sus diocesanos por la delicada caridad pastoral con la que se condujo. Iniciada la Persecución Religiosa se negó reiteradamente a abandonar la ciudad, sufriendo prisión y malos tratos en diferentes lugares. Unido al Beato Manuel Medina Olmos, Obispo de Guadix, recibió finalmente el martirio en la madrugada del treinta de agosto de 1936 en el vicareño barranco del Chisme.
Nada más producirse el martirio, el cadáver fué privado de sus ropas y profanado con cañas por parte de los ejecutores. Por dos veces, con poco éxito según parece, intentaron prenderle fuego y los ennegrecidos restos fueron abandonados en el mismo lugar del martirio. En los primeros días de septiembre fueron enterrados por los habitantes de aquellos contornos. Concluida la Guerra Civil el presbítero don Andrés Martínez Segura, gracias a las referencias del propietario don Carlos Vicente Martínez y del cortijero Julián Sánchez, identificó la fosa donde había permanecido el cuerpo del Beato durante los últimos tres años. Debidamente enterado don Rafael Ortega Barrios, a la sazón Vicario general y Provisor del Obispado, envió a unos obreros en octubre de 1939 para que abrieran la fosa. La rudimentaria excavación fue un fracaso, pues junto al Obispo mártir yacían diecisiete cadáveres, y necesariamente hubo que posponer unos meses la operación.
Finalmente fueron extraídos un buen número de restos calcinados de aquella fosa, introducidos en humildes sacos y limpiados con cal viva en la fuente que antaño existía en el claustro de la Catedral. Todos los huesos, dispuestos en una única caja, recibieron cristiana sepultura en uno de los nichos de la cripta de san Idelfonso. La beatificación, celebrada en Roma por el Papa Juan Pablo II el diez de octubre de 1993, avivó la tristeza de los católicos almerienses por no poder venerar con precisión las reliquias del Beato Diego Ventaja.
Para satisfacer este anhelo, hubo que aguardar hasta el año 2018. En la Facultad de Medicina de Granada, con las técnicas más sofisticadas y modernas, se ha logrado devolver la identidad a los restos mortales del Beato Diego Ventaja Milán, a los del Beato Manuel Medina Olmos y a otros de los asesinados aquella fatídica noche. En tan concienzudo proceso trabajó, entre otras personalidades científicas, el prestigioso catedrático de Antropología Física don Miguel Cecilio Botella López.
Gracias a esta labor, la significativa reliquia de la cabeza de «su alta figura nazarena» – como lo describió el intelectual don Eladio Guzmán Hernández – podrá ser objeto de la veneración y piedad de los católicos almerienses en estos momentos de singular adversidad. De hecho, la cabeza del Beato Diego será emplazada en el lugar principal del nuevo altar marmóreo y podrá ser expuesta al culto público. Hasta la fecha en la Catedral tan solo se veneraban las reliquias de otro Obispo mártir, concretamente el Fundador y Patrono San Indalecio. Dos Obispos, separados en el tiempo por casi dos milenios, pero unidos por un mismo testimonio; así como por la tierra almeriense que regaron con el sudor de su ministerio episcopal y la sangre de su martirio.