San Pablo y la tradición en Tarragona
Pablo, el apóstol de Cristo
Nació hacia el año 1, en la ciudad de Tarso, procedente de una familia judía. Es decir, unos años más joven que Jesús. En la ciudad de Tarso, en el sureste de la actual Turquía, entonces una provincia más del gran Imperio Romano. De una familia judía que, como tantas otras, vivía fuera de Palestina (había entonces más judíos dispersos, en la diáspora, que en su patria Israel).
Pablo era su nombre romano, como judío tenía el de Saulo o Saúl. Era un hombre de ciudad, con un cierto nivel cultural, impregnado por la cultura helenista y profundamente judío por origen familiar y por convicción religiosa. Su familia tenía probablemente la categoría política de ser “ciudadanos romanos” (lo que concedía algunos privilegios) pero que de hecho se ganaban la vida como artesanos, tejiendo tiendas.
Sabemos poco de los primeros treinta años de su vida. Mientras tanto, se había desarrollado la predicación de Jesús, sobre todo en Galilea. Aquella predicación que desembocó en la muerte en cruz (probablemente el 7 de abril del año 30). Ya había surgido en Jerusalén la primera comunidad de creyentes en Jesucristo resucitado.
El joven Pablo, es de los judíos que primero y con más radicalidad se da cuenta del «peligro» que significa aquella secta cristiana. El libro de los Hechos (cap. 7 y 8) nos lo presenta aprobando el linchamiento del primer mártir cristiano, el helenista Esteban. Toda la vida reconocerá y se sentirá responsable de esta inicial persecución.
Después de su encuentro personal con Jesús, en el camino de Damasco, lo que hará es ser radicalmente fiel y consecuente con esta intuición.
El conocimiento que podemos tener del hombre Pablo de Tarso, de su manera de ser, de sus convicciones y sentimientos, es excepcional gracias a sus cartas. Cartas escritas – o dictadas- a menudo con prisa, para ayudar a aquellas pequeñas comunidades de cristianos que iban surgiendo dispersas en ciudades del Mediterráneo oriental.
Junto a sus cartas, tenemos lo que sobre Pablo nos dice extensamente el libro de los Hechos de los apóstoles, atribuido a San Lucas (como una segunda parte de su evangelio). Desde nuestra perspectiva, es como una «historia» de Paz.
Pablo con arrojo y libertad tradujo y formuló lo que significaba la fe en Jesucristo, y gracias a él se difundió entre los hombres y mujeres de la cultura urbana, griega, de las ciudades del Mediterráneo oriental la vivencia de Jesucristo resucitado. Pablo no conoció nunca a Jesús, pero fue el máximo predicador. Fue el que más se dio cuenta y llevó a las últimas consecuencias que la Buena Noticia de Jesús no podía quedar recluida en los moldes religiosos y culturales del pueblo judío sino que debía ser anunciada con libertad y de manera comprensible a todas las gentes, por eso Pablo es llamado «el apóstol de los gentiles», es decir, los no judíos.
Tradición de la venida de San Pablo
A partir de la Carta a los Romanos 15, 24 y 28, nace una tradición atendible según la cual San Pablo visitó Hispania. La misma tradición relaciona esta visita con Tarragona. Tarraco era, entonces, capital de la Hispania Citerior. Popularmente se relaciona esta venida con una piedra situada en el fundamento y al lado de la capilla de San Pablo desde donde el Apóstol habría predicado.
La Capilla de San Pablo
La capilla de San Pablo recuerda la antigua tradición medieval de la venida del apóstol de los gentiles en la ciudad de Tarraco. La piedra sobre la que, durante el siglo XIII, se construyó evoca también la firmeza de Cristo, la roca sobre la que se edifica nuestra fe. La Iglesia que peregrina en Tarragona se fundamenta en la predicación apostólica y arraiga en el testimonio martirial de San Fructuoso, obispo, y san Augurio y san Eulogio, diáconos.
La Capilla de San Pablo: Historia y arte
La capilla de San Pablo fue construida durante las primeras décadas del siglo XIII, en la misma época en la que tenía lugar el traslado del culto entre la antigua catedral y la nueva, durante los pontificados de Ramón de Castelltersol y Espárrago de la Barca. Los herederos del pavorde, Ferrer Iris, primer obispo de Valencia, que yendo al concilio provincial fue capturado y asesinado por los sarracenos el 30 de abril de 1233, fundaron una comensal bajo la advocación de San Pablo, estableciendo como obligación del presbítero que la obtuviera cantar las horas canónicas con los canónigos enfermos y celebrar la eucaristía. Así, pues, la capilla se convirtió en el oratorio de la enfermería canonical.
Se trata de un edificio de transición del románico al gótico que guarda grandes semejanzas con la capilla de Santa Tecla la vieja y algunos sectores de la catedral. De planta rectangular con puerta adintelada, óculo y espadaña. El interior muestra arcos góticos y los ventanales laterales.
La trama urbana
Parece que la iglesia de San Pablo fue construida al lado de la casa del canónigo enfermero de la catedral de Tarragona. Una fotografía de finales del siglo XIX así lo demuestra. Antes de la construcción del nuevo Seminario sólo se podía contemplar su fachada, ya que las dos casas que tenía adosadas ocultaban las partes restantes. Por otra parte, una puerta tapiada en el lado derecho, cerca de la cabecera, nos recuerda la existencia de una antigua sacristía, aunque no sabemos si esta dependencia se encontraba ubicada dentro de la casa del canónigo enfermero.
La capilla de San Pablo: construcción del «nuevo seminario»
Alrededor de la capilla en época medieval y moderna se levantó un barrio que con sus calles y edificios se derrumbó para dejar paso al Seminario a finales de siglo XIX.
Para salvaguardar la capilla en 1880 cuando se concretó el proyecto de construcción del seminario entre el palacio arzobispal y la iglesia de la Enseñanza, la Comisión de Monumentos de Tarragona pidió que se respetaran las iglesias de San Pablo y Santa Tecla la Vieja.
A partir de 1882 tuvo lugar el derribo de casas para construir el seminario y en 1883 cuando el Ayuntamiento aprobó la construcción del nuevo edificio aún no se contemplaba la conservación de la capilla de San Pablo. Finalmente el proyecto se reformuló y se logró integrar de una manera magistral la capilla en uno de los claustros del nuevo edificio. Las obras acabaron en 1887 y el 23 de junio de 1888 se inauguraba el nuevo seminario con la capilla enmarcada por una nueva arquitectura.
Capilla neogótica – Capilla mayor
Estamos ante una bonita capilla neogótica restaurada en el año 2007. En la que se accede desde el atrio mediante una escalera noble. La singular capilla presenta planta de cruz griega con expansiones poligonales. El brazo superior conforma el ábside, el inferior el corazón y los laterales sendas capillas. Se cubre con bóvedas de crucería y se decora con capiteles y ménsulas de un efectista estilo neogótico.
Es el corazón del edificio, ya que los dos claustros se articulan a partir de su centralidad. Ya desde el atrio de la puerta principal la deslumbrados y accedemos a ella mediante una escalera noble. Está dedicada a la Inmaculada Concepción. Y se realizan muchos actos litúrgicos de la archidiócesis.
El presbiterio, delante del cual se encuentra el sepulcro del arzobispo Vilamitjana, muestra una solución escalonada, en la que el altar y el retablo se disponen a doble altura. El retablo, diseñado a modo de tríptico, contiene las imágenes de la Virgen, san José y Santo Tomás de Aquino. Sobre las capillas laterales se disponen unas tribunas que tienen su continuación en el corazón. Cabe destacar el trabajo escultórico del follaje presente en la barandilla de las tronas, que resalta la riqueza de los materiales empleados: mármol y jaspe; también el intenso cromatismo de los vitrales.
Sede de instituciones diocesanas
El edificio del Seminario alberga a parte del Centro Tarraconense, la Residencia Sacerdotal, El Seminario Menor, las nuevas instalaciones del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, abrirá al público la Biblioteca del Seminario Pontificio y tendrán su sede las delegaciones de Juventud, Apostolado seglar, Catequesis, Enseñanza y Bíblia del Arzobispado.
Biblioteca del Seminario Pontificio de Tarragona
La Biblioteca del Seminario de Tarragona nace, conjuntamente con el Seminario Tridentino, en 1577 bajo auspicio del cardenal Gaspar Cervantes de Gaeta. Durante los tres siglos en que el seminario se mantiene en su emplazamiento original, entre la actual iglesia de San Francisco y el Hospital de Santa Tecla, la biblioteca se nutre de importantes colecciones bibliográficas como las del arzobispo Antoni Agustín o Francisco Armanyà y de la biblioteca de la extinguida Compañía de Jesús. En 1886 la biblioteca se traslada al nuevo edificio del Seminario construido por el arzobispo Vilamitjana. El fondo sigue ampliándose con donaciones como la biblioteca personal de Mn. Ramon Muntanyola o los catorce mil volúmenes procedentes de la Biblioteca Circulante Antonio Agustín. A mediados de la década de los sesenta del siglo XX la biblioteca cae es un progresivo abandono, hasta que en 2007, por iniciativa del Arzobispo Jaume Pujol, la Biblioteca del Seminario inicia un proyecto de modernización y apertura en la ciudad.
Seminario Menor
Desde el curso 2011-2012 se reabre en Tarragona el seminario menor como centro de formación y discernimiento vocacional del arzobispado de Tarragona para aquellos chicos menores de edades que sientan la vocación presbiteral.
Con varias propuestas para los adolescentes que sienten esta llamada, se les ofrece un lugar donde forjar y discernirla, como residencia de lunes a viernes por edades de los estudios de ESO y BAT, con vinculación con el colegio diocesano San Pablo y con un acompañamiento pedagógico, espiritual y humano en coordinación con la familia.
El Seminario menor, junto con la parroquia, se convierte en su comunidad de referencia.
Instituto Superior de Ciencias Religiosas
El Instituto Superior de Ciencias Religiosas «San Fructuoso» es la institución académica de la Archidiócesis de Tarragona que ofrece los estudios teológicos superiores en Ciencias Religiosas (Bachillerato y Licenciatura), reconocidos civil y eclesiásticamente.
El Instituto fue erigido en mayo de 1996 y refundado en junio de 2010 por la Santa Sede. El ISCR San Fructuoso está vinculado a la Facultad de Teología de Cataluña (Barcelona).
Ubicado en el Seminario Pontificio de Tarragona, el INSAF recoge la tradición de estudios teológicos a nivel universitario que fue iniciada en el siglo XVI con la Universitas Tarraconensis, fundada por el cardenal Gaspar Cervantes de Gaeta, y que fue continuada en el siglo XIX con la Universidad Pontificia de Tarragona. El Instituto Superior “San Fructuoso» surgió de la transformación del Instituto de Teología del Arzobispado de Tarragona, erigido en 1977.
Sede de delegaciones pastorales de l’archidiócesis
Algunas de las actividades pastorales del Arzobispado de Tarragona que desarrollan las delegaciones, entre ellas Pastoral de Juventud, Catequesis, Pastoral Bíblica, Enseñanza o Apostolado seglar, tendrán su sede en el edificio del Seminario.
Un centro de recursos catequéticos y pastorales, tendrá cabida también en las instalaciones para dar servicio a catequistas y profesores en la tarea educativa y formativa que les es propia.
Residencia sacerdotal San Fructuoso
El cardenal-arzobispo Benjamín de Arriba y Castro bendijo e inauguró la Residencia sacerdotal San Fructuoso el día 16 de noviembre de 1967, ubicada en la calle Joan Maragall de la ciudad de Tarragona. La organización de la nueva residencia se confió a las Religiosas Seglares operarias de la Cruz.
El 21 de enero de 1997 el Dr. Ramon Torrella i Cascante inauguró la nueva residencia sacerdotal San Fructuoso que actualmente ocupa dos plantas del ala derecha del Seminario Pontificio de Tarragona. El servicio de la casa queda a cargo de las Misioneras Carmelitas Teresianas que tradicionalmente habían tenido cuidado de la organización del Seminario.
La muralla romana
La historia
En la parte alta del centro de Tarragona, en la zona que actualmente ocupa el Seminario, formó parte en la antigüedad del recinto fortificado de Tarraco. La ciudad romana fundada en 218 aC se dotó de la muralla obra que fue iniciada cerca del año 200 aC, y es el monumento romano más grande y más antiguo de la Península Ibérica. La muralla, fue construida en varias fases durante el siglo II dC. Las torres como la del Cabiscol, llamada también del Seminario, pertenecen a la primera fase y los lienzos de muro según su tipología se atribuyen a periodos ligeramente posteriores. La muralla es una construcción que tiene unas dimensiones de 12 metros de altura máxima y de 4 m hasta casi 7m de anchura, según el lugar. Está rellena originalmente de piedra irregular en la parte baja y tobas en la parte superior.
Arte
Actualmente se conservan 6 portillos llamadas también puertas ciclópeas. Una de estas portezuelas, llamada popularmente del Seminario, y por debajo suyo transcurre el túnel que comunica este edificio con sus patios extramuros.
Integración con el Seminario
En el espacio que ocupa el Seminario se conservan unos 150 metros de muralla romana. El monumento se conserva de forma desigual, y sufrió reparaciones y reformas en épocas históricas muy diferentes. El lienzo de muralla que corresponde al claustro de San Pablo es romano en buena parte con pocas restauraciones por el lado exterior. La torre del Cabiscol es romana en su mayor parte y sólo fue reconstruida en su fachada principal donde hubo una gran apertura de balcón. En el lienzo de muralla que corresponde a la zona de la biblioteca se conserva el zócalo megalítico en una altura considerable pero existe una zona que fue restaurada en 1913 según proyecto del arquitecto Ramon Salas i Ricomà.