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Un Papa y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia se reunirán por primera vez

Un Papa y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia se reunirán por primera vez

Un Papa y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia se reunirán por primera vez

  • El papa Francisco mantendrá un histórico encuentro con el patriarca ruso Kiril en Cuba
Un Papa y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia se reunirán por primera vezEl papa Francisco y el Patriarca Ortodoxo de la Iglesia de Constatinopla, Bartolomé, en Estambul (Efe)
REDACCIÓN/AGENCIASCiudad del Vaticano/Moscú 
04/02/2016 19:23 | Actualizado a 05/02/2016 16:05

El papa Francisco se reunirá con el patriarca de la  Iglesia Ortodoxa RusaKiril, en Cuba el 12 de febrero antes de llegar a México, anunció este viernes el Vaticano. Esta será la primera reunión entre los jefes de estas dos Iglesias y se considera como un primer paso para una posible visita de un pontífice a Rusia. 

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, leyó un comunicado conjunto con el patriarcado de Moscú en el que se indica que Francisco y Kiril “se encontrarán el próximo 12 de febrero. El encuentro se realizará en Cuba, donde el papa hará escala antes de su viaje a México, y donde el patriarca estará en visita oficial”.

Esta primera e histórica reunión “comprenderá un coloquio personal en el aeropuerto internacional José Martí de la Habana y concluirá con la firma de una declaración común”, anunció.

Este encuentro, según el comunicado, “preparado desde hace tiempo, será el primero en la historia y marcará una etapa importante en las relaciones entre las dos iglesias”. “La Santa Sede y el Patriarcado de Moscú desean que sea una señal de esperanza para todos los hombres de buena voluntad. Invitando a todos los cristianos a rezar con fervor para que Dios bendiga este encuentro, que de buenos frutos”, concluye.

El patriarcado como la Santa Sede están trabajando a esta reunión desde hace dos años con mayor intensidad, según desveló Lombardi. Y ha sido posible al darse la circunstancia de que el patriarca ruso se encuentra en La Habana desde el 11 de febrero para una primera visita por América Latina y que el papa podía hacer escala en la isla antes de llegar a México.

Según explicó Lombardi, el Papa llegará al aeropuerto José Martí a las 14:00 hora local y allí le estará esperando el presidente Raúl Castro, que será quien le acompañará al pabellón presidencial donde le esperará Kiril.

Allí se celebrarán dos reuniones: una entre los dos representantes religiosos y la otra paralela entre las delegaciones.

La reunión privada entre Francisco y el patriarca ruso durará unas dos horas y después habrá una ceremonia de entrega de regalos; y posteriormente se firmará una declaración conjunta y ambos leerán un breve discurso. “Será un mensaje breve, de carácter personal y sobre los sentimientos probados tras esta bellísima ocasión”, adelantó Lombardi.

El papa Francisco y el Patriarca KirilEl papa Francisco y el Patriarca Kiril (Ivan Sekretarev - AP)

Sobre la elección de Cuba, Lombardi explicó que desde hacía años se buscaba un lugar que no fuera ni Rusia ni el Vaticano y se consideró que la isla era idónea ya que está “fuera de Europa y además muy conocida por la Iglesia ortodoxa rusa”.

Raúl Castro volverá después a acompañar al Papa a la escalerilla del avión para que Francisco prosiga su viaje hacia México, donde llegará en la noche del mismo 12 de febrero.

Acerca de la posibilidad de que se celebrar este encuentro había rumores desde hacía tiempo, sobre todo después de que Francisco dijera en noviembre de 2014 que estaba dispuesto a encontrarse con el patriarca en cualquier lugar del mundo.

El metropolita Hilarión, número dos de la Iglesia Ortodoxa Rusa, confirmó en Moscú que el patriarca Kiril y el papa Francisco se reunirán en La Habana. El anuncio de la reunión entre las dos iglesias, separadas desde hace mil años por un cisma, coincidió con el efectuado en el Vaticano por su portavoz.

Según dijo Hilarión en conferencia de prensa, el encuentro comenzó a prepararse en 2006, cuando aún era papa Juan Pablo II, “pero no se llegó a nada debido a las diferencias existentes”. 

El responsable de la Iglesia Ortodoxa rusa señaló que el principal tema de discusión entre ambos lideres religiosos será “la persecución de que son objeto los cristianos en Oriente Medio y en África”. 

También señaló que se ha elegido Cuba para este encuentro histórico “porque Kiril no quería hacerlo en Europa”, a quien responsabiliza del cisma que llevó a la división entre ambas iglesias. 

“Yo voy a donde tú me digas”

El 30 de noviembre de 2014, tal y como recuerda La Stampa, durante el vuelo de regreso de Estambul, donde había participado, por invitación del Patriarca ecuménico Bartolomé, en las celebraciones por la fiesta de San Andrés, Francisco respondió a una pregunta sobre la posibilidad de un encuentro con Kiril. “Yo se lo he hecho saber -respondió Bergoglio-, y él también está de acuerdo; existe la voluntad de encontrarnos. Le dije: ‘Yo voy a donde me digas. Tú me hablas, y yo voy’. Y él también tiene la misma voluntad. Los dos queremos encontrarnos y queremos seguir adelante”.

Como ha mencionado Hilarión, uno de los temas siempre polémicos en las relaciones entre los católicos y los ortodoxos rusos es el del “uniatismo” en Ucrania, que se refiere a los católicos de rito oriental que han vuelto a la comunión con Roma, frente a la Iglesia ortodoxa que depende de Moscú.

No obstante, en una entrevista reciente con Inside the Vatican, el cardenal Kurt Koch, después de haber comentado la importancia de la presencia de Francisco en la ciudad sueca de Lund (para la conmemoración con los luteranos del 500 aniversario de la Reforma, en octubre de este año), dijo con respecto a un posible encuentro con el Patriarca ruso: “Ahora ya no está en rojo el semáforo, sino en amarillo. Algo se estaba moviendo”.

El sueño de Juan Pablo II, posible con Francisco y Kiril

Desde hace años se habla sobre la posibilidad de que el Papa de Roma y el Patriarca de Moscú se encuentren. Precisamente, según La Repubblica, el primero que alimentó el sueño de reparar la relación con la Iglesia rusa fue Wojtyla pero, según recuerda el diario italiano La Stampa, el Papa polaco no llegó a cumplir su sueño de visitar Moscú.

A pesar de las aperturas ecuménicas de Juan Pablo II, quien en la encíclica Ut unum sint se dijo dispuesto a discutir las formas para ejercer el apostolado de Pedro, muchas puertas se habían quedado cerradas. Además, para los ortodoxos rusos, el origen polaco del Pontífice era una especie de obstáculo: entre los rusos y los polacos las relaciones nunca han sido buenas a lo largo de la historia, y el obispo de Roma, originario de Wadowice, era descrito como un “conquistador” católico. Además, la decisión de Juan Pablo II de fundar verdaderas diócesis católicas en Rusia aumentó las tensiones en la relación.

Con la elección del teólogo Benedicto XVI, la posibilidad de un encuentro empezó a hacerse más real, pero tampoco se materializó. Jospeh Ratzinger, además, había conocido a Kiril antes de ser patriarca, como parte de una delegación ortodoxa que recibió el pontífice alemán. Después de la muerte de Alejo II, llegó Kiril a la cátedra moscovita. El Patriarca ruso tiene jurisdicción sobre dos terceras partes de los doscientos millones de ortodoxos en el mundo.

Será, finalmente, Francisco el que conseguirá que un pontífice se reúna con un patriarca por primera vez en la historia. El apretón de manos entre Bergoglio y Kiril sellará un contacto que faltaba desde 1054, año del gran cisma entre las Iglesias de Oriente y Occidente que se excomulgaron mutuamente.

En 1964, el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras rompieron un primer muro entre católicos y ortodoxos y abrieron el diálogo entre Roma y Constantinopla, un lazo que se ha ido estrechando hasta la actualidad, hasta el punto de que el Papa Francisco ha mencionado al patriarca Bartolomé I en su encíclica sobre el Medio Ambiente Laudato Sí. De este acercamiento, siempre había estado excluída la Iglesia de Moscú. Pero ya tras su elección, Francisco se presentó ante el mundo como obispo de Roma, un gesto de respeto hacia la iglesia oriental.

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